Octubre irrumpió en la escena financiera como un personaje de una novela de suspenso, lleno de misterio y drama.
Los inversores se vieron golpeados con un doble golpe de aprehensión, a causa de los espeluznantes desarrollos en el mercado de bonos de los EE.UU., que enviaron ondas de choque a nivel mundial. Fue casi como un déjà vu, como si la crisis del mercado de gilts del Reino Unido del año pasado hubiera convocado a su primo fantasmal. La mera mención de estas pesadillas financieras resucitó recuerdos de inestabilidad económica y sus efectos dominó. Para colmo, el conflicto en Medio Oriente añadió una capa extra de preocupación para los ya nerviosos inversores.
Septiembre, ay septiembre, que ya de por sí había sido realmente deprimente… Los activos financieros estaban actuando como si tuvieran un mal lunes. Las acciones tropezaban, los bonos estaban en picada, y las monedas estaban montando la montaña rusa de la turbulencia, con el dólar estadounidense manteniéndose como el rey. Pero, en ese mar de penumbra, había una estrella brillante: bitcoin.
A pesar de enfrentarse con fuertes vientos en contra y volúmenes de operaciones bajos, bitcoin cerró septiembre con ganancias. Es el adolescente rebelde en una sala llena de señores conformistas. Y lo mejor, esa resistencia no se detuvo allí pues en octubre, bitcoin siguió siendo todo un rockstar, dando un rayo de esperanza en un paisaje financiero bastante nublado.
Añadiendo un poco más de picante a las ya picantes condiciones del mercado, los datos económicos de los EE.UU. están jugando un juego de “Adivina quién”. Es como si la economía misma no pudiera decidir si quiere ser un drama o una comedia. Los inversores se quedan rascándose la cabeza, sin saber si reír o llorar.
Ah, y no olvidemos la Reserva Federal, la manta de seguridad del mercado. Pero no hay reunión de la Fed hasta noviembre, y eso se siente como estar esperando a un superhéroe cuando la ciudad está bajo asedio. A los inversores les queda por especular intensamente sobre el próximo movimiento del banco central y lo que podría significar para sus preciados activos. Se rumorea que la Fed podría haber terminado con sus travesuras de subida de tipos, pero la verdadera pregunta es cuánto tiempo planean mantener los intereses en sus niveles actuales.
Y justo cuando pensabas que las cosas no podían ponerse más locas, el 16 de octubre, algunos bromistas sacaron falsos informes de aprobación de ETF de BlackRock, disparando el precio de bitcoin hasta los casi $30k. Por supuesto, la fiesta no duró, y bitcoin volvió a tierra una vez que se desmintió la noticia. Pero no es todo. Durante el fin de semana, bitcoin volvió a tocar el nivel de los $30k. Vaya viaje en la montaña rusa.
Lo más curioso: el dólar y los rendimientos de los bonos se comportan como si estuvieran en una relación complicada. Normalmente, esperarías que el dólar subiera con el aumento de los rendimientos, pero no, no esta vez. De hecho, el dólar parece estar preparándose para una estructura de cabeza y hombros invertida (te lo explicamos en ediciones anteriores, ¿te acuerdas?), que, si se confirma, podría presagiar problemas para el billete verde, potencialmente dando un impulso a las criptomonedas y otros activos.
Así que ahí lo tienes, octubre, con todos sus altos y bajos que asemejan una montaña rusa, ha traído una atmósfera de inquietud y volatilidad en los mercados financieros. Es como una película con muchos plot twists. Y aunque puede que los inversores estén al filo de sus asientos, también le está dando a bitcoin la oportunidad de brillar. Con todo este caos, no puedes evitar preguntarte si estamos presenciando un rendimiento para las criptos que recuerda a los buenos viejos tiempos de 2015 y 2016, donde un septiembre verde allanó el camino para un espectacular cuarto trimestre.
Así que abróchense el cinturón amigos… ¡Será un viaje emocionante!