La inflación se produce en la economía de un país cuando los precios de la mayoría de los bienes y servicios aumentan constantemente. Esta dinámica no hace más que indicar que en caso de mantenerse un capital específico, con el tiempo se podrán adquirir menos cosas.
Ante la inflación, componente común en todas las economías de mercado, una de las principales preguntas para los consumidores es cómo hacer rendir el dinero, tanto en el ahorro como en el consumo.
Las diferentes estrategias de inversión como los plazos fijos, los instrumentos bursátiles, las criptomonedas y otras más mantienen una misión central: ser lo más efectivas en el tiempo para ganarle a la suba de precios y a la devaluación de la moneda.
En simples términos, un elemento que luego de haber sido invertido permite comprar igual o mayor cantidad de bienes y servicios será considerado de mejor manera respecto de otro que no cumple con esa condición.
Lo fundamental reside en que cuando la inflación es alta y el ingreso es constante las personas pueden comprar menos bienes y servicios. Este efecto es indeseable en el largo plazo, dado que los ciudadanos perderían su poder adquisitivo drásticamente.
En esa línea, los gobiernos y los bancos centrales monitorean constantemente la suba de los precios, para que en casos de una aceleración considerable puedan tomar una batería de medidas para controlarla de una manera efectiva.
Pero primero es preciso entender qué es, cómo funciona la inflación y cómo se controla.
¿Qué es la tasa de inflación?
La tasa de inflación es el aumento porcentual del nivel promedio de precios respecto a otro período de tiempo.
Esta variación puede ser medida en días, semanas, meses o años y se determina mediante el Índice de Precios al Consumidor (IPC), un indicador estadístico que pretende medir el coste de la adquisición de un determinado conjunto fijo o “cesta” de bienes de consumo de la mayor cantidad de rubros posibles de medir.
¿Cómo sería un ejemplo? Si el IPC anual de los precios de consumo es del 10 por ciento, significa que los precios de los artículos que compran los consumidores aumentan en promedio un 10 por ciento respecto al año anterior.
Las tasas de inflación varían significativamente con el tiempo y entre países, desde un 1 o 2 por ciento al año en países con baja inflación (como Suiza) hasta 1,000 por ciento al año o más en países (como la sufrida por Venezuela en los últimos años) que experimentan hiperinflaciones, es decir, extremas.
Cuando el IPC alcanza un nivel extraordinariamente alto, es decir, los precios varían cada día o cada hora, la economía suele tener dificultades.
Para gestionar sobre fuertes aumentos de precios, los gobiernos deben comprender sus razones y accionar con medidas efectivas para bajarla de una manera que no produzca grandes perjuicios en la economía.
¿Por qué se da la inflación?
La inflación es un aumento generalizado y sostenido en el nivel de precios de los bienes y servicios en una economía. Esta puede ser causada por diversos factores, como el aumento de la demanda de bienes y servicios, la disminución de la oferta de productos, el aumento de los costos de producción, entre otros.
Aun así, existen dos corrientes generales de la biblioteca económica que postulan diferentes razones de por qué se produce el alza de precios: la teoría monetaria y la multicausal.
- La teoría monetaria de la inflación sostiene que es causada por el aumento de la oferta monetaria en la economía. Según esta teoría, si el Banco Central imprime demasiado dinero y lo introduce en la economía, se produce un exceso de demanda de bienes y servicios, lo que conduce a un aumento de los precios.
- Por otro lado, la teoría multicausal de la inflación afirma que es causada por múltiples factores que interactúan entre sí. Estos factores pueden incluir no solo el aumento de la oferta monetaria, sino también el aumento de los costos de producción, el aumento de la demanda de bienes y servicios, los cambios en las condiciones económicas internas y externas, las políticas gubernamentales, entre otros.
Mientras una de las teorías argumenta que la suba de precios es principalmente un fenómeno monetario la otra sostiene que este fenómeno tiene diversas aristas que dialogan entre sí y que sus soluciones requieren de medidas más integrales, siendo que el problema inflacionario no puede explicarse por una sola variable.
Lo cierto es que para que haya inflación debe haber dinero, es decir, un conjunto de activos que se utilizan y aceptan generalmente para pagos.
La oferta de cuántos billetes o cuentas corrientes hay disponibles en una economía es fijada por el banco central de ese país. Una relación de consenso entre los economistas es que las tasas de crecimiento del dinero mantienen una estrechez con las tasas de inflación.
¿Qué produce la inflación?
La inflación puede producir efectos negativos en la economía, como la disminución del valor de las inversiones, la reducción de la confianza de los consumidores y el aumento de la tasa de interés.
Ante esta situación, los gobiernos y los bancos centrales suelen tomar medidas para controlarla, como la regulación de la oferta de dinero disponible en la economía, generalmente a través de la variación de la tasa de interés, y la implementación de otras políticas monetarias y fiscales.
Los costes de la inflación dependen principalmente de que los consumidores, los inversores, los trabajadores y las empresas sean capaces o no de predecirla antes de que aparezca.
Una economía con suba de precios imprevistos provoca transferencias impredecibles de riqueza entre los individuos y entre las empresas.
Así, el riesgo de las ganancias y de las pérdidas impredecibles y los recursos que gasta la gente para tratar de reducir este riesgo son los costes de la inflación imprevista. Ésta también puede reducir la eficiencia del sistema de mercado al hacer que resulte más difícil para la gente observar los precios relativos.
Estrategias para reducir los casos más graves
Estas consecuencias negativas se acentúan de mayor manera en casos de hiperinflación, dado que los precios varían tan a menudo que la asignación de recursos del mercado es más ineficiente.
Si el rápido crecimiento del dinero es inflacionario, ¿por qué hay veces que los bancos centrales lo permiten? En los países en vías de desarrollo, los gobiernos suelen incidir en estas políticas para recaudar suficientes ingresos y financiar las tareas del Estado.
Los intentos de desinflar la economía frenando el crecimiento del dinero hacen que el desempleo aumente si la inflación efectiva disminuye por debajo de la esperada. Para reducir el coste de la desinflación en el desempleo, debe reducirse la tasa esperada y efectiva de inflación.
Entre las estrategias para reducir la inflación esperada se encuentran una reducción rápida y decisiva de la tasa de crecimiento de la oferta monetaria (la estrategia de choque), los controles de los salarios y de los precios y la adopción de medidas para mejorar la credibilidad de los anuncios del gobierno. Una serie de recursos que a finales buscan cómo hacer rendir el dinero.
Economistas de todas las vertientes coinciden en que para lograr una desinflación con menores costes de crecimiento o desempleo es importante la credibilidad de la política anunciada por el gobierno, así como de sus instituciones, es decir “ganarse la fama de cumplir promesas”.
¿Cómo es la inflación en Colombia?
La inflación en Colombia es medida oficialmente por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), que releva la variación de bienes adquiridos por una población de referencia en establecimientos comerciales de 38 grandes ciudades distribuidas en todo el país.
La historia de la inflación en este país ha sido volátil y ha estado marcada por períodos de cifras altas y otros de estabilidad, con una alta correlación de los tiempos económicos de la mayoría de los países de la región.
En las décadas de 1970 y 1980, Colombia experimentó una elevada inflación debido a factores como el déficit fiscal, la expansión del crédito y la devaluación de la moneda. Durante este periodo, el IPC anual superó el 20% en varias ocasiones, alcanzando un máximo histórico del 35% en 1991.
Así como en Argentina y Brasil, en la década de 1990, el gobierno implementó una serie de políticas para controlar este problema, incluyendo una reforma fiscal, la liberalización del comercio y la adopción de un régimen de tipo de cambio flexible.
Estas medidas permitieron una reducción significativa del IPC, que cayó a un promedio anual del 9% en la década de 1990 y alrededor del 4% en la década de 2000.
Desde entonces, el IPC en Colombia ha sido relativamente estable hasta 2022, año en el que los precios generales de la economía marcaron una variación de 13,2%, siendo mayoritariamente explicado por el fuerte incremento de los alimentos y las bebidas no alcohólicas.
Además, hubo diversos frentes externos con fuerte incidencia, como la crisis energética global producida luego de la guerra entre Rusia y Ucrania, así como del aumento de la dinámica inflacionaria en las principales economías del mundo.
A pesar de eso, especialistas remarcan que este frente adverso puede ser pasajero y que la inflación pueda corregir gradualmente en el segundo semestre del 2023.
Protégete de la inflación comprando dólares digitales en Bitso
Pensar en ahorrar en un contexto de inflación, es una tarea difícil. Cuando la moneda local se devalúa, es habitual que la gente busque una opción superadora para no perder capital. En este sentido, los dólares digitales ganan cada vez más terreno.
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Se trata de criptomonedas estables que atraen a los inversores ya que permiten mantener una paridad con el dólar. Esa es su gran ventaja: su precio está asociado a un activo real: el dólar estadounidense.
De esa manera, los dólares digitales son menos volátiles que otros activos y aseguran la estabilidad que se busca en un contexto de inflación constante.